Desarrollo Sensorial. Los Sentidos y sus principales alteraciones

 El desarrollo sensorial es un proceso que comienza con la recepción de percepciones y sensaciones (información), a través de los sentidos, y  que culmina cuando dichas recepciones y sensaciones se convierten en mensajes psicológicos, en conocimiento, formándose así los procesos superiores: pensamiento, inteligencia y lenguaje.

Los Sentidos, sistemas para recibir información:

En todo órgano, hay que distinguir tres partes:

– Aparato receptor periférico: Recibe la energía física que incide sobre el individuo.

– Nervio transmisor: Conduce la energía producida por el excitante  al cerebro, transformándola en energía nerviosa.

– Centro cerebral: Es donde se transforma la energía en conocimiento.

  • Sistema Visual:

El ojo es como una cámara con una lente llamado cristalino que acomoda las imágenes y que permite su formación en la retina.

Está formado por:

– El iris, la zona coloreada del ojo. Permite a la pupila contraerse o dilatarse.

– La pupila regula la iluminación que le llega al ojo.

– La córnea, que permite el paso de la luz y protege al iris y al cristalino.

– El cristalino permite enfocar objetos situados a diferentes distancias.

– La esclerótica, la «parte blanca del ojo»; su función es la de darle forma y proteger a los elementos más internos.

– Coroides, mantiene la temperatura y nutre a algunas estructuras del ojo.

– La retina está formada por millones de receptores sensibles a la luz con dos tipos de células: Conos (discriminan los colores, sensibles a la luz brillante y se utilizan en visión diurna) y Bastones (aprecian la cantidad de luz, sensibles a la luz débil y se usan en  la visión nocturna).

– La mácula es la zona de la retina especializada en la visión fina de los detalles.

– Nervio óptico, vena y arteria central y músculos.

En un recién nacido la visión está  poco desarrollada al nacer, su agudeza visual y  la convergencia binocular son limitadas. No reconoce objetos ni interpreta los mensajes que le llegan a través de este sentido. A los doce meses, el niño ya ha adquirido la agudeza visual del adulto.

* Alteraciones visuales:

– Miopía: Dificultad para ver con nitidez los objetos más alejados. La imagen se forma delante de la retina y no en ella.

– Hipermetropía: Dificultad para ver objetos más cercanos. La imagen se forma detrás de la retina.

– Presbicia: Dificultad para ver y leer objetos cercanos. Se da a partir de los 40 años por  el desgaste del cristalino.

– Astigmatismo: Por defecto en la forma del ojo. Impide el enfoque claro de objetos tanto cercanos como lejanos.

– Cataratas: El cristalino se vuelve opaco y provoca imagen nublada o nula visión

  • Sistema Auditivo:

Este sentido posibilita la percepción de los sonidos y es el más importante para el aprendizaje del lenguaje. Se divide en tres partes: externo, medio e interno. En la parte interna del oído están las pestañas del órgano de Corti, que es donde las ondas sonoras originan el impulso nervioso para transmitirlo, a través del nervio auditivo,  hasta el lóbulo temporal de la corteza cerebral, donde se origina la audición.

El recién nacido distingue entre intensidad, timbre y tono de un sonido, pero tiene una sordera parcial debido a la inmadurez del nervio auditivo y al taponamiento de los conductos auditivos por mucosidad; hasta los tres meses no alcanzará un grado óptimo de maduración.

* Alteraciones auditivas:

– Hipoacusia: Pérdida auditiva de superficial a moderada, en uno o en ambos oídos.

– Sordos profundos: Su audición les impide adquirir el lenguaje por vía auditiva.

Grados de la sordera, entendiéndola como la pérdida de la audición que altera la capacidad para la recepción, discriminación, asociación y comprensión de los sonidos tanto del medio ambiente como de la lengua oral:

– Ligera: Entre 20 y 40 decibelios de pérdida

– Media: Entre 40 y 70 decibelios de pérdida

– Severa: Ente 70 y 90 decibelios de pérdida

– Profunda: Más de 90 decibelios de pérdida

  • Sistema Táctil:

Proporciona información de las cualidades palpables de los objetos. Su órgano receptor es la piel, que se compone de dos tejidos subcutáneos, dermis y epidermis, las cuales contienen diversos tipos de receptores sensoriales que perciben los puntos de presión, el dolor, los cambios de temperatura, las sensaciones de frío…

El tacto y la sensibilidad cutánea es uno de los sentidos que primero se desarrolla.

* Alteraciones Táctiles:

El trastorno más frecuente es la insensibilidad táctil, que puede afectar a cualquiera de las sensaciones táctiles, pudiendo ser debido a deficiencias en los receptores.

  • Sistema Gustativo:

Es un sentido químico. Es en la lengua, faringe y laringe donde se encuentran los receptores  gustativos, que se encuentran en las papilas. Éstas reciben los cuatro sabores básicos: amargo, ácido, dulce y salado.

De las papilas linguales parten las fibras nerviosas que forman el nervio gustativo que envía la información adecuada al cerebro.

En el útero ya funcionan las papilas. Su evolución está combinada con el olfato a lo largo de la vida.

* Alteraciones Gustativas:

– Hipoageusia: Disminución de la sensibilidad gustativa.

– Ageusia: Falta total de sensibilidad gustativa.

Ambas pueden tener diversos orígenes como una disminución en la cantidad de saliva producida, el uso de prótesis dentarias, hepatitis,  accidentes vásculo-cerebrales, trastornos psiquiátricos, tabaquismo, quemaduras orales o radiaciones sobre la mucosa oral, el uso de algunos fármacos.

– Parageusia: Mala interpretación de los gustos.

  • Sistema Olfativo:

Es también un sentido químico a través del cual se perciben cualidades y cambios cuantitativos de los olores.

Se localiza en la parte superior de las fosas nasales, localizándose las células receptoras en la pituitaria amarilla, y desde allí, a través de los nervios olfativos, los olores llegan al olfatorio, que envía en forma de estímulo nervioso la información al cerebro.

En el sentido más fuerte al nacer, alcanzando su mayor desarrollo a los tres años.

* Alteraciones Olfativas:

– Hiposmia: Reducción de la capacidad de detectar olores.

– Anosmia: Pérdida del olfato. Suele ocurrir por trastornos químicos y, generalmente, por traumatismos craneales.

– Sinusitis: Ocurre cuando la mucosa de los senos paranasales se inflama. Ocasiona fuertes dolores de cabeza y fluido constante de secreciones.

– Rinitis: Afecta a la mucosa nasal. Ocasiona estornudos, obstrucción, secreciones nasales y, a veces, falta de olfato.

– Pólipos: Tumores benignos que aparecen en las membranas de las mucosas irritadas, generalmente por resfriados frecuentes.

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